Gabriela Rodríguez
Mi lado oscuro se desata
la maldad hierve incesante
por las oxidadas tuberías de mi cuerpo
brotando burbujeante y espesa por mis ojos
estos ojos de ángel caído
estos ojos de absoluta e infinita perdición
que vieron al mundo caer
el día en que quise ser como él.
Condenado fui a
arder eternamente entre las llamas
pero de mis restos
calcinados mil veces
renací como el fénix
alimentado por el odio y la venganza
y aunque a veces sueño con usurpar tu trono
me conformo por ahora
con la fe de tus hijos.
¡Pero cuídate te advierto!
porque cuando todas sus almas
estén manchadas de alquitrán
mi ejército se alzará de las tinieblas
y el infierno se hará en la tierra.
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